miércoles, 27 de agosto de 2014

A veces risa y a veces llanto

No sabes nada de mí ni de mi obsesión con las medias,
ni de que pienso que se escribe como se folla
y que quien no escribe debe follar poco y mal,
ni que lo que me gusta es la belleza obscena,
como la del tío que disfruta masturbándose 
mirando los pechos hinchados de una recién parida.
Tampoco sabes que aborrezco los claroscuros
como el que me transmite tu nombre a la intemperie,
ni que tus aullidos me provocan a veces risa
y a veces llanto,
como cuando mi gato caza lagartijas 
y después las mastica en mi presencia.


lunes, 18 de agosto de 2014

Sin querer y a quema ropa

No hay nada más innegable
que el llanto desesperado de un cuerpo desnudo
ante la certeza de lo inevitable
ante la certeza de la traición inminente
a quien menos lo merece
de parte de quien menos lo espera
con el arrepentimiento en sus entrañas
mucho antes de haber sacado la navaja
sabiendo que eso que siente
será lo más real e inexplicable de su vida
y lo perseguirá siempre
hasta que dé el ultimo aliento
y aun entonces no querrá perdonarse
ni que nadie lo perdone
aferrándose a esa realidad que sin proponerselo
le enseñó el significado de querer a a alguien
sin querer y a quema ropa. 



jueves, 14 de agosto de 2014

Cuando todo era improbable

Cuando eramos niños y jugábamos a escondidas,
y sin saberlo te conocía,
y sin saberlo me conocías.
Mucho antes de que me quitara las sandalias en tu habitación
y me diera la vuelta y me encontrara con tus ojos
y tu risa y tus palabras tiernas. 
Cuando soñabas en mil idiomas y dibujabas arcoiris, 
cuando eras consciente de los desastres
y una mano pequeña te instaba a seguir. 
Cuando todo era improbable y había un millón de almas de distancia,
cuando estaba triste y las figuras volaban,
como nuestros pensamientos, allá en lo alto.
Cuando no había sucedido nada,
cuando ya había sucedido todo.




martes, 12 de agosto de 2014

Carcajadas

Ahora odias al mundo tanto como él llego a odiarte a ti, 
aunque tal vez ya no tengas motivos,
aunque nunca nadie supo la magnitud del desastre.
Y te subestimas y dejas que los demás lo hagan
y después ríes como solo ríen los locos,
con las entrañas entre las manos,
y te sientes bien y mal a la vez,
y rezas, aunque no seas creyente,
porque todos están perdidos,
y tú también, pero al menos tú lo sabes
y te sientas en el escalón de su puerta
mientras tus carcajadas desgarran su último clímax. 


jueves, 7 de agosto de 2014

Lamer ojetes oxidados

Que paso de lamer ojetes oxidados por si nadie aprecia el vuelo,
y paso de gritar en color rojo por si nadie mira,
y paso de mostrar mi coño rasurado a los infames,
y de darle de beber leche materna a los caudillos.
Que las deidades no son eternas,
ni mis venas verdades inamovibles. 
Que mi nombre es tan voluble que ni se pronuncia,
y mis apellidos fueron escritos por una musa muerta. 


El soñador

Sueña despierto mientras camina por el suelo de asfalto,
sueña mientras escribe sentado en su silla de mimbre,
sueña mientras sus manos sostienen una copa,
sueña porque ha soñado,
que algo tan insignificante como unos labios,
pueden darle la vuelta a todo un mundo.




martes, 5 de agosto de 2014

24

Morirme antes de los treinta ya no me resulta apetecible,
los adolescentes me parecen casi más odiosos que los niños,
me he vuelto antihippie y ya no creo en los para siempre,
aunque definitivamente sí en los nunca más.
Trasnochar me sienta mal, 
empiezo a encontrarle significado a términos como el de "pesadez de piernas",
he descubierto que amo el guacamole y la ropa vintage.
Me he hecho daño a mí misma y he sabido perdonarme.
He aprendido a dar valor a quien lo merece,
que suelen ser aquellos que se han molestado en conocerme de verdad 
y saben cosas como que adoro el olor de los gatos,
las patatas fritas y que me rasquen el culo.
Muchos recuerdos, muchas personas, ya no duelen
y los que duelen, ya no sangran.
Madrugo a diario y empiezan a ocurrirme cosas fabulosas,
cosas como que me apesten los sobacos cuando estoy con la regla.
Ahora las reuniones con amigos son escasas,
aunque cuando nos juntamos somos más,
y no es difícil imaginar que dentro de poco seremos más aún. 
Aun así sigo yendo descalza a todos lados y viendo pelis de dibujos,
y siendo una jodida llorica y una adicta al chocolate,
y aún me toco las orejas cuando estoy a gusto o tengo sueño,
y sigo escribiendo, como nunca, como siempre.